POEMAS DEL SER (INEDITO)
INCLUIDO EN:

INVIERNO DE LA PIEL. Santa Cruz de Tenerife.
Colección Poesía. Gobierno de Canarias (1990)
Edicion antológica con selección y estudio de Sebastián de la Nuez























Los silencios
se han hilvanado a la tierra
y nuestros dioses
en soledad permanente caducan
heridos de palabras y de sones
cuanta libertad de movimiento
para acabar con las señales
con el pensamiento trasmitido
cuanto Sóngoro-Cosongo de prestado
sin el debido ambiente
durmiendo en las enciclopedias
mientras las minas
sepultan a los hombres
solo entonces la realidad los devuelve
y los sella en las páginas de los periódicos
pero la tierra los absorbe ávidamente
con todas las especies enroscadas
asimilando una a una
el sistema de las otras
sin discriminación de razas
y seguimos sin entendernos
cada cual delante
hasta el final delante
con los reptiles en los talones
y más atrás aún
mucho más atrás
con la soledad a cuestas
preñada de todos los hombres

Partícula viviente eres
renacida de hombre terminado
entre los gritos de la masa
en soledad lloraban las iglesias
sus escombros
cuajados de campanas y de rezos
entregados de muerte los demás
impasibles solitarios
en sus inútiles alfombras
y estrenando gaviotas cada día
para acrecer la pesca
todos con el buche lleno
y la flor junto a la cortina
todos de soluciones y distancias
inmersos agobiados para siempre

Me arrastré jadeante doce veces
antes del sol
ante el propio tabernáculo allí
sobre ti ante ti
sólo ante cientos de miradas
cedí la brisa de mí pelo
ante ía erosión plena de mi ser
tú jugaste con mi inocencia
me atacaste me ataste
pero las primeras luces te mataron

Yo volví busqué compañero
me lastimé entre la arena
cómo volver ciertamente
cómo amanecer libélula
caminante y extraña
solo tú podías decirme
porque la primera idea te pertenece
y naciste para todos
y arruinaste todo desde el principio
aromas flor ruptura caprichos
y el amor...
no nos dejaste el amor
el amor... envuelto en siete tomos
en setenta tomos
y la primera guerra
y la segunda guerra
y la tercera guerra
y las demás...
y todas las demás guerras
todas las guerras bendecidas
y las guerras inéditas

Cuando ya no intentemos conocerte
cuando todos sepan tu mentira
de quien partió la mentira
la primera mentira social
la libertad de la mentira
sin existir en tu bondad
ni en tu ciencia
ni en tu conciencia
y nosotros arrastrando gusanos
y siendo gusanos arrastrados
en las piedras propias
y en las del vecino amable
porque tu vecino es muy amable
el que te da el primer cristal
el que te presta el primer anillo
el que lacera su carne para animarte
para el cojín roto del perro
sin ojos el perro y el vecino
sin piel para cotizar más alto

Todas las aras son pocas
y poca la altura del nivel
para llegar si para llegar
para alcanzarnos cada día
en el mismo sur lloraremos

Los rascacielos quisieron luz
luz líquida para dar a la gente
y la tomaron
pero no fueron comprendidos
porque la luz se hizo desde dentro
para dentro
pero un niño por venir
la tomó en su leche
una mañana cualquiera
en las mismas entrañas por hacer
sin cerebro propio
y la repartió a todas las conchas
de la playa
conchas azules dormidas sin gusano
impasibles y entregadas
marcadas por todos los ojos
y hundidas en su propia sal
deshechas en sal
sin saber nada del hombre
sin hundirse en el hombre
sólo entre la arena espesa
la arena que canta y duerme
y que retorna
dormida de gusanos y de ojos
sin gusano de ojos libres
que mirarán la arena
para empaparla de lágrimas
ante la primera sangre dulce
ahora las llamadas duelen
en la propia carne
en la carne espigada para volverse espiga

Las llanuras nos caminan
nos llanuran pequeñas llamadas
conduciendo a todo
pero ahora cuando dudamos
el primer proceso de escorpión
nos devuelve a todo
a la llanura propia sin la estrella nueva
y renacemos sin esperanza
alguna voz eterna de llamada eterna
alguna voz pretenderá llevarnos
pero es profunda la sima y la palabra
y los corazones no son de sacristía
ni la sacristía se te empapela
ni tiene razón de ser
pero en cambio las palabras si
las mansas palabras que caminan
las palabras que arrastran
las que llevan
y las otras
las que se quedaron huérfanas
para tenerte siempre enardecido

Cómo luchas con el sueño
que se te acumula dentro
cómo luchas húmedo de temblores
con los costados y el pecho renacidos
en un afán sonoro

Te deshaces lentamente
en tu pequeño cosmos habitable
te desintegras en soledad
sin ninguna conjunción posible
eterno hombre caprichoso
con eterna ansia de ser
como yo te viviría
en la hoja que conozco
cómo detenerte en tu vicio de ser
irreconciliable con el tiempo
todo es para nadie
cuando el tiempo pasa
los perros se devoran
y los corazones cansados
se acuestan sobre la tierra
también las hojas de otoño
se identifican con el suelo
pero nada se detiene

Luego el cerebro retorna
a la primera concha
y la concha se alzará
y la concha te dormirá cantando
y la concha se dormirá cantando
y creciéndote
y aterrándote
en todos los principios de la angustia
cuando no cuenta ni el cascabel
sino la irritación propia
y el propio miedo sin medida
con los colores saludando
en el rayo más amoroso
y el hombre sin entender
con su muerte de seda
dormida entre las conchas
nadando y robando
sal y azul para salvarse
y los ojos crecen crecen
y los ojos te espantan
entre la arena sin dormir

Cada intento se convierte en tierra
para formar parte desde dentro
y los ojos
los ojos los daremos
al gato del vecino
para que se divierta
y le daremos el terror naciente
para aprender a recobrarnos





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