LOS AMBULANTES.
7 PIEZAS DE PILAR LOJENDIO
DIRIGIDO POR EDUARDO CAMACHO
CIRCULO DE BELLAS ARTES DE TENERIFE
24 DE ABRIL DE 1969
Pantomima y poesía
Desde siempre, ya en lo
más hondo de la historia del mundo, ha existido la pantomima, al fin y al cabo,
un remedo como otro cualquiera de los actos, de los gestos, de los movimientos
de todo lo creado, la planta que crece, el ave que vuela o la criatura que se
alegra o sufre. Pero también desde siempre esta pantomima para o quedarse en
simple, inexpresivo y unidimensional remedo ha tenido que apoyarse en otras
artes para completar su ciclo creador. El teatro vivió en todo momento muy
cerca de la pantomima y a veces llegaron a confundirse. Más distante se ha
mostrado la poesía. Pero hoy vamos a contemplar, con la categoría de un hecho
muy importante, esa esperada conjunción. Pilar Lojendio, con su revelante
crónica lírica, su increíble originalidad porque la entienden todos y su
desafiante actitud para no dejarse engañar, ha compuesto estos poemas, una
poesía en esa su primera hora de la madrugada, que pronto se convertirán en
verdadera pantomima, ya que la pantomima fue en todo instante la verdad pura y
nunca fue la mentira que engaña. Una pantomima de amplia gama criatural, en la
que queda implicado todo el destino del hombre, lo mismo el religioso que el
estético o el social. Bien juntas las manos, la poesía y la pantomima pueden
alcanzar metas superiores. Pero para esta realización hemos necesitado de
Eduardo Camacho, con una página de tareas muy digna en su haber, con su
compañía bien conjuntada, atrevida y eufórica, quien nos demostrará de modo
inequívoco que aquella conjunción fascinante es aún posible en la abierta
figura de nuestra preocupación por el arte contemporáneo.
Domingo Pérez Minik.
Eduardo Camacho y Pilar Lojendio con parte del elenco al finalizar el espectaculo |
Ir a Entrevista en el Día. Juan Cruz Ruiz habla con Pilar Lojendio con motivo del estreno del espectaculo.
Folleto editado con motivo del estreno |
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